Había perdido la cabeza de amor,
El lento galope de su viejo caballo
Iba al ritmo de su corazón herido,
aún sin ver su rostro, denotaba dolor,
De ese que te mata pero te deja vida,
Que te arranca el corazón del alma,
Y que te hace vagar por la ciudad,
como alma en pena o jinete sin cabeza.