Los estudiosos y pueblo en general dan puntual seguimiento a los distintos acontecimientos mundiales; en cada uno de ellos, los interesados buscan un indicio que valide las profecías mayas, aún ante las protestas de sus actuales representantes, quienes aseguran que no se trata del fin del mundo sino de un cambio.
Cambio, transformación o fin, el caso es que muy pocos hablan sobre las profecías políticas del Conde de Aranda y del Dr. Servando Teresa de Mier, que nada tienen que ver con los mayas ni con Nostradamus, pero que han sido más acertadas y claras que la de los antes mencionados.
Pedro Pablo Abarca de Bolea (1719-1789), más conocido por su título nobiliario de Conde Aranda, fue un noble español simpatizante de las ideas ilustradas del siglo XVIII, cuya destacada labor política en los gobiernos de los reyes Carlos III y Carlos IV de España lo hizo merecedor a lugar destacado de la historia.
Aranda fue un hábil político a quien se le atribuye la expulsión de los jesuitas de los territorios españoles en América, pero es casi desconocida su obra profética respecto a la visión que tuvo después de la independencia de las trece colonias. Visión que fue conocida como el Dictamen de Aranda, mismo que redactó y envió al rey Carlos III. En dicho documento, de una manera elocuente y brillante, Aranda exponía al monarca el peligro que representaba la nueva república para las colonias españolas y la necesidad de crear nuevos reinos que estuvieran vinculados a España a través de una especie de federación de reinos unidos por un Emperador.
“Esta República Federativa ha nacido, digámoslo así, pigmea, porque la han formado y dado el ser dos potencias como son España y Francia, auxiliándola con sus fuerzas para hacerla independiente. Mañana será gigante, conforme vaya consolidando su constitución y después un coloso irresistible en aquellas regiones. En este estado se olvidará de los beneficios que ha recibido de ambas potencias y no pensará más que en su engrandecimiento”.
Si esto no fuera suficiente, contamos con otra profecía histórica, la del Dr. Servando Teresa de Mier (1763-1827), conocido por sus discursos heterodoxos sobre la Virgen de Guadalupe y - para no variar - el 13 diciembre de 1823 pronuncio un discurso durante la instalación del segundo congreso mexicano que daría vida a la Constitución de 1824, mismo que fue conocido como el “Discurso de las Profecías”. Dicho documento fue rescatado por Carlos María de Bustamante en su obra “Cuadro Histórico de la revolución mexicana de 1810”, mismo que en mi opinión debería ser texto obligado “Puedo errar en mis opiniones, éste es el patrimonio del hombre”.
Rafael Estrada Michel en su obra “La Teoría constitucional en la Profecía del padre Mier sobre la Federación Mexicana” sintetiza brillantemente el planteamiento de Servando Teresa de la siguiente manera: Federalismo mitigado, tendente a evolucionar, protector de la unidad de la nación y la independencia en general.
En la actualidad, es un joven politólogo, Fernando Vázquez Rigada, quien retoma el cayado de aquellos que parecen clamar en el desierto, con su participación en capsulas como “Futuros anticipados”, artículos periodísticos y recientemente con la publicación de su obra “Las Palabras de Cassandra”, Vázquez Rigada nos anuncia un futuro para México que puede y debe ser diferente, a través de las moderna ciencia de las profecías, denominada Prospectiva política.
¿Seguiremos sordos?